▷ Carta a Hedy Lamarr | Contando su historia

Naciste en 1914 con otro nombre, pero Hedy Lamarr es por el que hoy te recuerdo. Fuiste valiente, fuerte e inteligente. Tres cualidades imprescindibles para vivir en aquellos años. Pero eras una mujer y lo único que destacó fue tu belleza, esa que te hizo brillar. Pero hoy recordaré tu Bravura, que es por lo que yo te admiro.

¡Ay, Hedy! Si te hubiese conocido. ¡Ay!, si hubieses nacido 100 años más tarde. Es mi lamento de ingeniera el que llora esta triste confusión en las fechas. Porque sí, quizá si hubieses nacido hoy, no hubieras sido actriz, pero ¡Ay, Hedy! ¡Qué ingeniera serías!

Hedy Lamarr - Actriz e Ingeniera — Hedy Lamarr – Actriz e Ingeniera

Desde luego, belleza y talento para ser actriz no te faltaron, y tus más de treinta películas, lo avalan. Sin embargo, tu faceta de actriz quedó marcada porque fuiste la primera mujer en desnudarse en pantalla y simular un orgasmo, en la película Éxtasis (Ecstasy). Hedy Lamarr pionera en el cine. Pero, ¡Ay Hedy! ese no era tu campo.

Fuiste brillante, pero eran años oscuros. Eras curiosa, con ingenio y un poco rebelde. Te gustaba desmontar y montar cosas, te inquietaba el funcionamiento de los aparatos electrónicos, y gracias a ello, creaste un sistema que sirvió de inspiración a otros. Aunque no lo reconocieron.

El primer mando a distancia llamó tu atención. ¿Cómo era posible que sin cables se pudieran cambiar los canales de radio a distancia? Lo que no sabían sus creadores en ese momento, es que despertarían en ti una curiosidad que cambiaría la forma de comunicación. ¡Ay, Hedy!, qué ingeniera serías.

En ese momento, ya había estallado la II Guerra Mundial, y tú estabas en Estados Unidos, pero tu madre aún seguía en Austria. Y con miedo, le pediste que huyera contigo. Pero en el Atlántico había una gran amenaza, los submarinos Nazis que disparaban torpedos a los barcos aliados y que poco podían hacer para salvarse, aunque fueran civiles. Tu determinación pudo más aún, y tu espíritu de ingeniera te hizo pensar: «Tengo que hacer algo al respecto». Y así lo hiciste.

Se te ocurrió la brillante idea de cambiar la forma de comunicación con los torpedos controlados por radio. Como buena ingeniera, te diste cuenta de que con una única frecuencia, el enemigo podría detectar las ondas, y cambiar la trayectoria del misil. Y de ahí, junto con tu amigo Pianista George Antheil nació este sistema.

Si un mensaje se emite por una frecuencia concreta, por ejemplo la 100, y alguien escucha esa frecuencia, descifrará fácilmente el mensaje. Sin embargo si un sistema, emite el mismo mensaje por partes, una pequeña parte en la frecuencia 100, otro en la 500, luego la 700, luego la 600… como si de una partitura de piano se tratase y el receptor tiene esa misma partitura, será capaz de descifrarlo. Vamos, un ingenioso sistema de comunicación segura creado en plena II Guerra Mundial. ¡Ay, Hedy! Qué ingeniera serías.

Patente Hedy Lamarr | Sistema seguro de comunicación con cambio de frecuencia

Como ingeniera que soy, me hubiese encantado formar parte de ese equipo, escuchar tu idea. Verla nacer y ver tu nombre escrito cuando la implementaran. Pero ¡Ay, Hedy! Naciste 100 años antes. Y te robaron tu momento.

De forma incomprensible, tu patente fue ignorada durante la guerra. De haber sido utilizada, probablemente habrías cambiado un poco más el curso de la historia. Porque diste a los aliados un arma para terminar con los letales submarinos de la Alemania Nazi. Pero para ellos solo eras una actriz, no un ingeniero a quien escuchar.

Aunque no lo valorasen en su momento, quiero recordarte que has cambiado el mundo. Que ahora, eres la inspiración de miles de mujeres como yo, que son o quieren ser ingenieras. Tu sistema de comunicación hoy se utiliza en la tecnología moderna. ¡Ay, Hedy! Lo que hubieses disfrutado viendo esto, pero naciste 100 años antes.

Quiero acabar esta carta, con tus propias palabras, esas que me han servido de inspiración, y que ahora son mi faro.

La gente es insensata, ilógica y egocéntrica. Quiérelos de todos modos.
Si haces el bien, te acusarán de tener motivos egoístas. Haz el bien de todos modos.
Las personas más grandes con las ideas más grandes pueden ser derribadas por las personas más pequeñas con las ideas más pequeñas. Piensa a lo grande de todos modos.
Lo que pasas años construyendo puede ser destruido de la noche a la mañana. Construye de todos modos.
Ofrécele al mundo lo mejor que tienes y te partirán los dientes. Ofrécele al mundo lo mejor que tengas de todos modos.
Hedy Lamarr – En la entrevista que ofreció a Fleming Meeks

¡Ay, Hedy! Qué ingeniera serías… ¡Ay, Hedy! Aunque 100 años antes… ¡Qué ingeniera fuiste! Cambiando el mundo, dejaste una gran huella. Y te recordaremos durante mucho tiempo, por lo que hiciste y por lo que fuiste. Una mujer inolvidable. Actriz e ingeniera. ¡Bella y Brava!

Gracias Hedy Lamarr por darnos tanto, y perdónanos por no habértelo devuelto.

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